Se puede recorrer en minibus, a caballo, en bicicleta o caminando.
Sus 31 km2 , con muy poco desnivel, hacen que merezca la pena alquilar una bicicleta todo el día para tener libertad de movimiento. El punto más importante es el fuerte
Dún Aonghasa, un sitio arqueológico muy interesante y con vistas a unos acantilados muy bonitos. Sus tranquilas carreteras llevan a otros fuertes más pequeños, lugares como las
Seven Churches (ruinas cristianas) o el
Worm Hole (donde se realizan saltos acrobáticos de competición). También tiene playas bonitas, y se puede divisar una colonia de focas o tomar una pinta en el pub del puerto.