Alojamiento, Lugares, Vida nocturna

Más allá de los tradicionales monumentos y museos que tiene cada ciudad, existen lugares que han adquirido renombre debido a los espacios alternativos y creativos que ofrecen, este es el caso de Metelkova.

Localizado en el centro de Liubliana (Eslovenia), Metelkova se convirtió en un centro cultural autónomo dándole vida a las abandonadas instalaciones del antiguo cuartel militar yugoslavo en el que se ubica.

Se puede visitar tanto de día como de noche; de día se aprecia mejor la gran cantidad de graffitis (algunos artísticos) a lo largo de todo el recinto, así como la inmensa variedad de esculturas con formas y diseños bastante creativos. Por la noche, se puede disfrutar el ambiente que ofrecen los diferentes bares y discotecas que ahí se encuentran.
Es posible encontrar también galerías de arte, salas de concierto e incluso alojamiento en un hostal acoplado dentro de una antigua prisión del cuartel.

Metelkova es un lugar que rompe esquemas y va fuera de lo tradicional. Y aunque a primera vista pueda parecer poco amigable e inseguro, no lo es. Es un lugar muy alternativo que vale mucho la pena visitarlo.
Lugares
Este lago está situado en Bled, Eslovenia. Es un lugar precioso porque tiene todo lo que puedes esperar en el lago de un cuento: un pueblo en la orilla, una isla pequeña en el centro, un castillo en las alturas y una ruta por un desfiladero natural. Además en verano, y a pesar de ser un lago de origen glaciar, el agua está muy bien para refrescarse y darse un buen chapuzón, tiene un color precioso tirando a verde turquesa.

Está a solo 50 km de la capital Liubliana, y se puede llegar muy bien en coche, como hicimos nosotros, en unos 30 minutos. También hay rutas de autobús porque es un destino turístico frecuente en Eslovenia.
Estuvimos disfrutando de la playa de la zona del camping, a orillas del lago y en el lado opuesto de la ciudad, y desde allí decidimos alquilar una barca de remos para llegar a la isla y poder visitarla. Fue una travesía muy agradable, en la que dos buenas remadas dejaron a Alex calado hasta los huesos (es muy sano disfrutar del paisaje y a la vez echarse unas risas).
Una vez en la isla, tras amarrar la barca, se encuentras es una escalinata antigua, flanqueada por algunas estatuas y pequeños altares, y coronada por una iglesia tradicional con su torre/campanario. Se visita rápidamente debido a su pequeño tamaño, se rodea en menos de 20 minutos, un paseo recomendable porque se puede ver todo el lago.
Nuestra siguiente decisión fue adentrarnos en la garganta de Vintgar, una ruta natural por puentes de madera sobre el río Radovna que es una maravilla. Recorre algunas pozas, zonas de rápidos, pequeños estanques y una presa antigua; y termina en una cascada bastante impresionante, con baño en su cristalina agua de color esmeralda incluido.
Como última parada quisimos visitar el castillo de Bled, pero había cerrado, demasiado tarde. Por suerte, a su lado hay un camino entre rocas que desemboca en un mirador precioso, y desde allí pudimos contemplar el lago al atardecer en todo su esplendor.
Sin duda uno de los días más completos del Trío Viajero en nuestros viajes. Desde las alturas pusimos rumbo de vuelta a Liubliana, donde nos esperaban nuevas aventuras…

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